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¿Cuánto puede ver un bebé recién nacido?

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Un bebé recién nacido nace con muchos sentidos desarrollados, pero esto no ocurre con la visión. Los bebés nacen con una visión inmadura, la cual tiene una evolución bastante lenta. No es hasta el sexto o séptimo mes cuando la visión consigue un nivel alto de desarrollo, aunque no completo.

El desarrollo de la visión durante los primeros meses en un proceso totalmente natural, ya que el feto ha ido desarrollándose en oscuridad y adaptarse a las luces va a requerir un tiempo. Aunque desde el ámbito intrauterino el feto puede diferenciar entre oscuridad y luz, esto lo utiliza para distinguir entre líneas y formas.

Los ojos tan abiertos con los que nace un bebé no tiene nada que ver con el desarrollo de la visión. La visión de los bebés recién nacidos no ven nada prácticamente.

¿Cómo es la visión de un bebé recién nacido?

Un bebé recién nacido, como ya hemos dicho, nace con los ojos desarrollados pero no la visión. No es hasta el primer año de vida cuando comienzan a ver más claramente, menos cuando el bebé es prematuro, en ese caso tardan un algo más.

La retina del bebé sigue madurando, por ello esta visión borrosa y limitada los primeros meses de vida. A primera hora no pueden distinguir los colores ni centrarse en la imagen de las caras de sus progenitores, es en el tercer mes cuando la imagen comienza a ser más clara.

La visión de los recién nacidos no distingue los contornos de forma clara, visualizan contraste de luces y sombras de manera borrosa. Además, no distinguen bien los colores y ven este contrates de luces y sobras en una escala de blancos y negros. Solamente ven bien aquellos colores que se encuentran situados a 20 ó 30 centímetros de sus ojos.

Etapas de la visión de un bebé

Las etapas que tiene un bebé en el desarrollo de su visión van enlazadas a nivel cronológico:

  1. Dos semanas de vida: a partir de las dos semanas de vida el bebé muestra curiosidad por los objetos que son alargados y con contrastes. Lo normal de esta primeras semanas es que el bebé cruce los ojos tratando de enfocar.
  2. Cuatro semanas de vida: el primer mes del recién nacido, ya comienza a mostrar interés por el entorno que le rodea.
  3. Ocho semanas de vida: a partir de los dos meses es cuando el bebé es capaz de seguir con la mirada a un objeto en movimiento, aunque ese objeto tiene que moverse lentamente y no superar la distancia de 30 a 60 centímetros.
  4.  Diez semanas de vida: a partir de los dos meses y medio los bebés comienzan a descubrirse, ya que, su visión avanza y ya pueden enfocar desde cualquier distancia.
  5. Tres meses de vida: es en estos meses cuando el bebé ya puede distinguir objetos y seguirlos, además su percepción del contrate se perfecciona.
  6. Cuatro meses de vida: en el cuarto mes de vida es cuando el bebé desarrolla la percepción del color y mejora el reconocimiento de los objetos.
  7. Siete meses de vida: el séptimo mes de vida es cuando el bebé desarrolla la percepción de la profundidad. Así como, comienza a ver los colores en totalidad y en capaz de seguir los objetos a cualquier velocidad.
  8. Un año de vida: es en el primer año de vida cuando un bebé tiene una visión muy similar al de los adultos. En este momento ya es capaz de calcular las distancias y mejora la coordinación entre los ojos y el resto del cuerpo. Además, es a partir de estos 24 meses cuando un bebé desarrolla las destrezas necesarias para comprender el mundo que le rodea.

¿Por qué es lento el proceso de visión?

El cerebro de un bebé recién nacido no esta preparado para tener una visión completa, ya que aunque tenga los ojos desarrollados no ha estimulado la visión para que esta esté desarrollada. Es decir, un bebé tiene que pasar por un proceso de aprendizaje para poder convertir los estímulos que le llegan a través del nervio óptico, desde los ojos al cerebro y procesarlos para convertirlos en imágenes con sentido.

Y aunque, a partir del año tenga una visión desarrollada no deja de formarse hasta los ocho o nueve años de edad. Ya que existen algunas partes del ojo que siguen perfeccionándose, como la retina o la profundidad.

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