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La alimentación en el primer año de vida

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La alimentación de nuestros hijos es una de nuestras mayores preocupaciones porque incide directamente en su salud. Además, cuando somos primerizos o cada vez que tenemos otro hijo nos entran las dudas de si estamos haciendo lo correcto para nuestros niños. En este post te contamos como debe ser el proceso de alimentación de nuestros pequeños durante el primer año de vida.

Los primeros 6 meses

Durante esta primera etapa la alimentación de nuestros hijos debe ser exclusivamente a base de lactancia materna a demanda o, en su defecto, lactancia con leches de formula a demanda. La leche materna es el alimento óptimo para la alimentación de los bebés por su composición bioquímica y biológica. Además, son interesantes sus propiedades nutritivas y su importancia en el desarrollo de funciones biológicas como la digestiva, la inmunológica, la neurológica o la intelectual.

La lactancia materna siempre debe ser una acto deseado por la madre ya que pueden producirse problemas derivados de ella como grietas, dolor, incompatibilidad con el horario laboral, que la producción de leche sea de baja calidad o poca cantidad de misma. Por ello la elección de las leches de fórmulas es tan licita como otra cualquiera. En el caso de elegir esta opción las adecuadas para esta primera etapa son las conocidas como “de inicio”.

Introducción de alimentos

A partir de los 6 meses, aunque la leche materna debe seguir siendo la principal fuente de alimentación hasta el año de vida, puede ser insuficiente en energía y algunos nutrientes, lo que hace necesario comenzar con la introducción de nuevos alimentos apropiados para la edad. Es recomendable mantener la lactancia materna hasta los 2 años de edad, o hasta que madre y niño decidan. Si el lactante no recibe leche materna, los pediatras os asesorarán sobre la manera de alimentar al bebé con lactancia artificial.

El momento exacto puede variar según el desarrollo psicomotor del bebé: se sostiene sentado, coge los alimentos y se los lleva a la boca, etc. También es determinante el interés que tenga por probar nuevos sabores y texturas. El calendario de incorporación de alimentos es orientativo, aunque los profesionales coinciden en no realizarla antes de los 4 meses y preferiblemente esperar a los 6 meses.

Las pautas de qué alimentos utilizar y la secuencia a seguir varían mucho entre regiones y culturas. No existen alimentos mejores que otros para empezar, aunque se recomienda ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro y zinc. Además, se recomienda introducir los alimentos de uno en uno, con intervalos de unos días, para observar la tolerancia y la aceptación y no añadirles sal, azúcar ni edulcorantes, para que el bebé se acostumbre a los sabores naturales de los alimentos.

Como pauta general, se suele recomendar comenzar la introducción de alimentos con la fruta y los cereales. Los cereales se deben preparar disueltos en leche materna, de continuación o agua, evitando en los primeros meses aquellos que tienen gluten. En el caso de la fruta se debe comenzar por aquellas que menos probabilidad de dar alergia tienen, evitando las más alérgicas antes del año de vida.

Tras ello, es el momento de introducir las verduras y la carne. Con las verduras hay que evitar incluir antes de los 9 meses espinacas, coles, repollo o la remolacha. En el caso de las carnes es recomendable empezar con el pollo e ir incorporando poco a poco el resto de carnes siendo la ultima el cerdo.

Después, llega la hora del pescado, el huevo y las legumbres. En el pescado se debe comenzar con los pescados blancos, que dan menos problemas de alergias, e ir incorporando los demás. Con el huevo se debe empezar primero ofreciendo la yema cocida y después se incorpora la clara. Las legumbres deben incorporarse poco a poco para que los pequeños se adapten.

Por ultimo, a partir de los 9 meses se les puede empezar a ofrecer yogurt, queso y leche entera en pequeñas dosis. Pero debemos tener en cuenta que la introducción de los lácteos no es sustitutiva de la leche materna.

Baby-Led Weaning

El Baby-Led Weaning es una forma de ofrecer la alimentación complementaria en la que se le permite al bebé dirigir el proceso desde el
principio. Los padres deciden qué ofrecen (siendo su responsabilidad ofrecer comida sana, segura y variada), pero el bebé coge por sí mismo la comida que se pone a su alcance; decidiendo qué comer y cuánta cantidad.

Al inicio se debe ofrecer la comida tipo finger food o en palitos. Así, el bebé puede agarrar la comida con su puño y comer lo que sobresale. Cuando la habilidad motora mejora, se pueden ofrecer comidas seguras cortadas en pequeños trozos. Se le ofrece comida sana en trozos de alimentos de consistencia blanda y apropiados a su desarrollo psicomotor: grandes al principio y posteriormente pequeños.

A pesar de que no hay consenso claro sobre la definición de Baby-Led Weaning, la definición más clásica asume que es el bebé el único que coge los alimentos, sin que el adulto le dé de comer. Sin embargo, algunos padres optan por un Baby-Led Weaning mixto, en el que combinan dejar que el bebé experimente por sí mismo con la comida a la vez que le ofrecen algún puré o papilla en alguna de las comidas.

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